En ocasiones, me siento uno más

Hoy vuelvo a sentirme así, y de ahí que en esta andadura de “cuaderno público” como definición de blog, mis “elegidos” entre esos cuadernos que consumen mi porcentaje de lectura diaria, y logran transmitirme cosas (cosas=sentimientos, pero podía crear confusión, jeje), son en su mayor parte, de aventureros españoles, de generaciones cercanas a la mía, que describen de forma magistral sus experiencias a modo de pensamientos en alto, que supongo que les sirve a su vez como desahogo y de alguna forma, como medio para no perder el contacto con sus orígenes y seres queridos.

En mi caso, ese sentimiento no nace con la lejanía, sino que me acompaña desde hace ya muchos años, se remonta a mi infancia. Llegué al mundo en Valladolid capital (hoy de provincia, en otros tiempos de reino), esto duró poco menos de 2 años, en ese momento comenzó mi pequeño tour, un añito entre Palma de Mallorca e Ibiza, de ahí a Gijón donde estaría otro par de años, para irnos cerquita, a Galicia, casi 5 años en La Estrada (Pontevedra), uno más en Vigo, y con unos 12 añitos recién cumplidos, un "coast to coast" hasta Cádiz, donde cogeríamos el Ferry que nos llevaría al siguiente destino, Tenerife, allí encontré una cierta estabilidad y lo más importante, un sentimiento autóctono (chicharrero) aunque por adopción.

Toda esta singladura fue de la mano de mis padres, pero cumplida la mayoría de edad, decido volver al origen de los orígenes, a Valladolid con mis abuelos, donde ya empiezo a enfocar mi futuro, que pese a las muchas vueltas de campana, consigo mantenerme en pie para dar un paso más, Madrid. Aquí llevo un par de años que han pasado en un visto y no visto, es nuestra pequeña aventura ya que esta vez Susana es mi “Norte” y sin ella no existiría aventura posible. En nuestras largas y entretenidas conversaciones, muchas veces se escapa un... ¿¿y si nos vamos más lejos??