domingo, 27 de diciembre de 2009

Para gustos, los colores...

No lo voy a negar, nunca lo he hecho, y menos ahora, soy del Barça club deportivo, y aunque ese no es su nombre original, para mi es el que mejor lo identifica. (Al final de la historia resolveré todas las dudas a este respecto).

Todo comenzó desde pequeñito, no recuerdo la edad exacta, pero como ya he dicho en otra ocasión, comencé mi andadura deportiva dado patadas a un balón, o lo que es lo mismo, jugando al fútbol. Aunque rápidamente mi afición por los deportes de balón, dio paso al baloncesto, sin dejar de lado el fútbol, tanto en la práctica activa, como en la pasiva a través de la pequeña pantalla. Lo de practica pasiva, es sólo en la teoría, ya que el que me conoce, sabe que no se estar quieto en el sofá viendo un buen partido. Y si es del Barça, estoy seguro que mis vecinos madrileños, también podrían corroborarlo, jeje.


A lo que íbamos, en mi casa siempre se ha respirado deporte, al compás de la buena música claro está, y nunca ha habido una influencia ni por un deporte en concreto, ni por un equipo más que otro. Por lo que sin tener datos fehacientes al respecto, y basándome sólo en una teoría subjetiva, dado el carácter del sujeto, o sea yo, creo que mi inclinación inicial por el Barça fue un gesto de rebeldía, ante una clara mayoría infantil y adulta que, en aquella época se decantaban por el color blanco, cuando de deporte se trataba.
En cambio a mi, siempre me ha gustado más la mezcla de colores, el azul y el granate es un buen ejemplo.

No sabría definir un partido de aquella época que me hubiese marcado especialmente, incluso si hubiera uno, no albergo dudas sobre sus protagonistas, sería un derbi Barça-Madrid o viceversa, pero en cambio mis recuerdos no aclaran si sería de fútbol o baloncesto. Ya que vivía esos derbis con igual pasión en un deporte u en otro. Por un lado los Buitre y compañía contra los Schuster y los Alexanco, y en la otra superficie, Norris, Epi, Sibilio,…, versus Corbalán, F. Martín y el palomero entre los palomeros, Iturriaga.

Desde entonces, tras cientos de partidos en mis retinas, con alegrías y tristezas (no más allá de la duración de los mismos, o quizás los 10 minutos siguientes a lo sumo), con muchos jugadores para el recuerdo, aunque algunos también para el olvido, equipos de ensueño, Dream Team de Cruif, la segunda de Reikjard, pero por encima de todos ellos, una filosofía, sólo exclusivamente en lo deportivo, el gusto y el respeto por el espectáculo, por encima de octavas, novenas o décimas que, aunque ya nos gustarían para nosotros, no nos ha hecho volvernos locos, y por encima de cambios en los puestos de dirección ejecutiva de un club (ahora sociedades anónimas, no lo olvidemos), ha prevalecido siempre un único camino para llegar a la meta, sin necesidad de coger atajos, ni pagar peajes, sólo creyendo en un estilo y en unos niños que generación tras generación, han pasado de llamarse Pep, a Xavi, a Andrés, a Leo, a Sergio ,o a Pedrito.


Para conseguir el logro más grande que nunca había conseguido un club de fútbol, ganar todas las competiciones a las que un club puede optar, pero no a cualquier precio, practicando un fútbol de grandísima calidad, en el que estrellas y promesas, son igual de importantes, tan sólo se pueden diferenciar por el nombre de sus camisetas.

Por todo ello, me declaro azulgrana, y al igual que rendí homenaje en forma de blog, a la figura de Magic Johnson, este post está dedicado a un equipo, que lleva por nombre Fútbol Club Barcelona, aunque no sólo sea un club de fútbol.


Gracias Barça, por hacerme sentir orgulloso de los colores que he elegido, y casualmente el 6, ha sido desde muy pequeñito mi número de la suerte, jeje.


PD. Antes de tacharme de catalanista, haciendo uso de una traicionera ignorancia, te recomiendo que leas mi post, "Basta ya de apartheids", atentamente, un castellano por el mundo.