jueves, 21 de enero de 2010

Bienvenido Mr. 2010

Ha llegado el 2010, y con él el invierno, un invierno que ya me han enseñado dos cosas, la primera es que aunque me persiga una insólita idea de irme a vivir alguna vez a Canadá, la asociación de frío y nieve, pese a lo divertido de esta última, no es que vaya del todo conmigo, siempre he tendido a decantarme por lo tropical.

Y la segunda, es que jamás podría vivir en las islas británicas, con casi 250 días de lluvia al año en gran parte de ellas, tarde o temprano terminaría engordando la ya obesa lista de suicidios, con Escocia a la cabeza. Aún así, me une un lazo Celta, por parte de mi abuelo materno, y con origen en el Concello de Foz, Lugo. A lo que puedo añadir el gusto por el folklore de Escocia y de ambas Irlandas, sin recurrir a los ilustrísimos U2 o los entrañables Simple Minds, me quedo con los Irlandeses The Chieftains, y con los escoceses Franz Ferdinand, pero hay muchísimo movimiento cultural menos exportado pero no por ello de menor calidad, de hecho los mejores músicos que he visto, son desconocidos para la gran mayoría del público, en ocasiones descubiertos en los sitios más insospechados. Y no sólo la música predomina, también me fascina los grupos de danza, como los irlandeses “The Lord Of The Dance”, entre otros.

Y si en el transcurso de la visita, digamos por la vieja Irlanda, me pilla la ya mencionada lluvia, no me quedará más remedio que refugiarme en alguna recóndita taberna, a la que conseguiré llegar, guiándome por su señales luminosas, cómo veis en la foto, no tiene pérdida, jeje. Una vez allí, no tendré otra opción, que degustar la cerveza del lugar, jarra va, jarra viene, y es que, he de reconocer que es otra de las grandes motivaciones por las que quiero realizar este viaje.

De momento, mi vida seguirá unida a la península ibérica, aunque si todo sale bien (confío y deseo que sí), cambiaré ligeramente de posición geográfica, como a unas 20 millas dirección sur desde donde vivimos ahora, cambiando la tierra del oso y el madroño, por la de un tal Don Quijote, que era famoso por introducir las setas alucinógenas en España, allá por el siglo XVII…

Bromas a parte, tanto Susana como yo, estamos muy ilusionados con el cambio, que sin ninguna duda, será para mejor, y sobre todo, nos acercará un paso más hacia la felicidad.

Y que decir de Kimi, aún no nos lo ha dicho, pero ya sabemos que se huele algo, nunca mejor dicho, jeje, de hecho, estamos convencidos que será el más beneficiado con el cambio, ya que se multiplica por dos el espacio interior, al que hay que añadir el amplio jardín, que seguro acabará siendo su sitio preferido.