Este mes empezó con un “post-cena” y va a finalizar con un post pre-cena, y es que, diciembre en España, se resume así, cenas de amigos, de primos, de antiguos amigos, de antiguos primos (bueno eso no, al menos en mi caso), de antiguos compañeros ya sea de Instituto, Facultad o de un trabajo anterior, comidas de empresa, si, esas en las que te colocan estilo boda y hacen un cóctel de departamentos y si las hay, de otras delegaciones de distintas regiones de España o extranjero, con el fin de que no se hagan grupitos entre tus compañeros del día a día y todo el mundo se relacione con aquellos que o bien, estas harto de hablar por teléfono durante todo el año, mandarte mails, o sencillamente estas harto de ellos, jeje. Va a parecer que no me gusta este sistema, y no es del todo cierto, siempre y cuando no te toque jefazos (Presi incluido) y que una vez que se rompe el hielo en la mesa, generalmente a base de vinito blanco de entrante, puedas decir algo de lo que te puedas arrepentir, ya sea por exceso de humor o de sinceridad.
Pero si la suerte en el reparto no nos da el premio gordo, ese que todos los años allá por el 22 nos saluda con sarcasmo siempre desde la casa del vecino, entonces, la comida puede llegar a ser hasta divertida, como ha sido este año para mi.
Y centrándome ya en la última cena, espero que sólo del año, jeje,esta tendrá lugar en mi humilde morada, hogar temporal de una aventura que junto a mi niña Susana y mi fiel amigo Kimi, se acerca ya a los 2 añitos, y ya tocaba organizar algo grande, con invitados de categoría, como son mis Padres, hermanita y cuñao,total 6 en la mesa + 1 que prefiere su camita acolchada donde degustará alguna delicatessen propia para el.
Dicho así, parece fácil, pero si os digo que la cena es de Nochevieja, el cambio sobre cualquier otra cena del año es cualitativo, pero sobre todo cuantitativo, ya que el número de platos parece interminable, y para colmo como todo está buenísimo (al menos cuando lo preparaba mi madre o mi abuela,uuuuuuummm), así que todo el mundo quiere probar de todo, plato va, plato viene, con el hándicap añadido de luchar contra el crono, cual corredor ciclista en su última contrarreloj del tour, por ejemplo. Por lo que el reto está servido, después ya pensaremos en fregar…jejeje, o mejor, propondré jugárnoslo en algún momento de la noche, cuando el vino de la comida, el champan, y las copas del después, hayan empezado a hacer efecto en alguno de mis invitados, jijiji, pero que malo soy…
Ya sólo me queda pediros, que me deseéis suerte y yo a cambio, os deseo un Muy Feliz Año Nuevo!!